Agua: UN patrimonio que circula de mano en mano

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Un herbage dans les Llanos:
les faucons garrapatéros, (Un pastizal en los Llanos: Los Halcones garrapateros)
La cuenca del Orinoco se consolidó como una región de frontera, al margen de la colonización europea. A pesar de que la leyenda de El Dorado atrajo varias expediciones europeas, el clima cálido, las lluvias incesantes y la flora y fauna agrestes hicieron difícil establecer asentamientos permanentes.

Durante la Colonia, las misiones religiosas y el ganado se convirtieron en dos herramientas para controlar el territorio y los habitantes. Las misiones fueron la avanzada del Imperio español en los Llanos. No sólo tenían el objetivo de convertir a las poblaciones indígenas de la zona a la religión católica, sino que también eran centros económicos muy importantes, pues en ellos se producía gran parte de los alimentos que se consumían en las ciudades de los Andes.

Uno de los principales productos era el ganado vacuno. Llegó a la región de la mano de los expedicionarios y misioneros, y pronto se fue adaptando a las condiciones climáticas de la región, a las lluvias prolongadas y al intenso verano.

"El primer Europeo, que vio al Orinoco, y tolero la rapidez de los hileros, que son canales de agua del mismo rio, que rompiendo camino por el golfo arrebatan las embarcaciones, aunque sea de alto bordo, fue (como ya dixe) el celebre almirante Colon, en el año de 1498 en cuyo diario apunto que atravesando el Golfo Triste, desemboco por los dragos y paso por la isla de la Margarita; y como consta del plan, no pudo atravesar dicho golfo si costear a vista de las bocas de Orinoco, dexando al Golfo el nombre de Triste, porque desde su centro, no ofrece resquicio para hallar salida; y a la unica y estresa que tiene, llamo Boca de los Dragos o Dragones, por el mal pasaje que le dieron y dan todavía a los navegantes, que en cada nuevo monte de agua temen un naufragio".

José Gumilla. El Orinoco ilustrado. Historia natural civil y geográfica de este gran río y de sus caudolosas vertientes: govierno, usos y costumbres de los indios, Madrid, Manuel Fernández, 1741. págs. 28-29.