¡A EXPORTAR
CICLISMO!
¡A exportar ciclismo!
Eventos como la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN transformaron el ánimo y la cultura del país, forjaron una relación más cercana entre los ciudadanos y el territorio, y confirmaron el lugar que ocupan los escarabajos como héroes populares y representantes del orgullo nacional.
Colombia configuró un caso especial ya que fue el único país no europeo que se volcó masivamente a las carreteras nacionales y construyó una base sólida de ciclistas y aficionados. Ni la topografía montañosa y difícil, ni la falta de infraestructura, fueron obstáculos para el crecimiento y la popularización de este deporte.
Por esa razón, al despuntar la década de los ochenta —y animados, sin duda, por los logros obtenidos por Martín Emilio “Cochise” Rodríguez durante la década anterior— un grupo de ciclistas, dirigentes y periodistas sintió que había llegado el momento de dar el salto y medirse, por primera vez, contra los grandes nombres del ciclismo mundial.
Nadie podía imaginar aún la magnitud del desafío ni las enormes satisfacciones que nos dejaría esta aventura. Así comenzó, hace cuarenta años, “La conquista de Europa”.
El Café de Colombia (1987-1988)
En 1985 —después de dos años de buenos resultados compitiendo en Europa como aficionados— Café de Colombia y Varta se unieron para patrocinar al primer equipo profesional de ciclismo de Colombia con Lucho Herrera y Fabio Parra como principales figuras.
En los años siguientes, y hasta su disolución en 1990, el Café de Colombia protagonizó momentos icónicos del deporte nacional como el 1-2 de Parra y Herrera en Lans-en-Vercors, la victoria de Lucho en Saint-Étienne con la cara ensangrentada y el triunfo en la general de la Vuelta a España de 1987.
COCHISE EN EUROPA
(1973 - 1975)
El adelantado
Cuando Martín Emilio Rodríguez (Cochise) se hizo profesional, “a la fuerza”, ya que una sanción le impidió participar en los Juegos Olímpicos de 1972, al considerar que un comercial y un premio recibido lo descalificaban como deportista amateur, ya tenía más de 30 años y era una leyenda del ciclismo colombiano.
Ganador de cuatro Vueltas a Colombia y treinta y nueve etapas (marca que sigue vigente) Cochise también se había coronado campeón mundial de los 4.000 metros persecución en 1971, en Varese, Italia, y había establecido el récord mundial de la hora para aficionados. Sus numerosos triunfos en la pista y la ruta lo convirtieron, sin duda, en una de las grandes figuras del deporte latinoamericano.
Es apenas justo, entonces, reconocer que fue él quien abrió las puertas de las grandes vueltas para los ciclistas de Colombia y de todo el continente. Aunque cumplió funciones de gregario durante esos años, dos victorias de etapa en el Giro y un Trofeo Baracchi, obtenido junto a Felice Gimondi, son testimonio inolvidable de su grandeza."
Cochise no estaba solo (aunque casi)
Aunque Cochise fue, sin duda, la primera figura internacional del ciclismo colombiano, no era el único escarabajo en las carreteras europeas. Giovanni Jiménez, un antioqueño que prefería las clásicas de un día y el terreno plano, llegó a Bélgica en 1968 y tuvo una larga carrera como gregario. En 1974 se les unió —aunque solo por una temporada— Rafael Antonio Niño, quien regresaría a Colombia para aplicar lo aprendido en ese año, revolucionar la forma de correr y convertirse, con el tiempo, en el mayor ganador de la Vuelta a Colombia en toda su historia.
COMIENZA
LA AVENTURA
El Tour de l’Avenir de 1980
1980 fue un año decisivo para el ciclismo colombiano. Por primera vez en la historia, un equipo de escarabajos participó en el Tour de l’Avenir (en aquel momento, la carrera para aficionados más importante del mundo) y, gracias a un esfuerzo enorme, se trajo la victoria en cabeza del santandereano Alfonso Flórez.
Tres años después, Colombia debutó en el Tour de Francia (con resultados notables, a pesar de los retiros, la dureza de las contrarreloj y el pavé) y en 1984 llegó la primera victoria profesional: Martín Ramírez se impuso a Bernard Hinault, la gran figura de la época, en la Dauphiné Liberé. La conquista de Europa había comenzado.
¡Un equipo colombiano en el Tour!
La participación de un equipo de escarabajos en el Tour de 1983 fue un logro notable y un sueño cumplido, pero también una locura. Antes de ver la primera montaña, los colombianos tuvieron que enfrentarse a una contrarreloj, por equipos, de 100 kilómetros, al pavé, y a dos etapas de 300 y 257 kilómetros. Todo en la primera semana.
Sin embargo, cuando llegó la montaña los nuestros atacaron, fueron protagonistas y demostraron que había razones de sobra para invitarlos de nuevo, e incluso dos de ellos —Edgar “Condorito” Corredor y Patrocinio Jiménez— se metieron entre los veinte primeros de la competencia. “Si vuelven, serán terribles” escribió en un artículo del periódico L'Équipe Jacques Anquetil, cinco veces campeón del Tour. Y tenía razón.
¡Y ahora el Dauphiné Liberé!
El triunfo de Martín Ramírez en el Dauphiné Liberé de 1984 fue una verdadera hazaña. Un equipo de seis escarabajos —los otros tenían nueve integrantes— se enfrentó a los mejores del mundo en ese momento y dominó la prueba por completo. Francisco Rodríguez ganó dos etapas y fue líder, pero se retiró poco antes de terminar la carrera. Entonces apareció el “Negro” Ramírez, quien no solo resistió en la contrarreloj del último día, sino que además venció a Bernard Hinault en su especialidad y aumentó la diferencia.
Al final, en su primera carrera en Europa, Ramírez se impuso a tres campeones del Tour: a Bernard Hinault, que tenía cuatro victorias y ganó de nuevo en 1985, a Greg LeMond, campeón en 1986, 1989 y 1990, y a Stephen Roche, ganador en 1987.
LA CONSAGRACIÓN
Los escarabajos rompen la montaña
Aunque el Tour de 1983 fue, sobre todo, de adaptación y aprendizaje, los escarabajos dejaron varias muestras de su talento y sus condiciones para la montaña. Sin embargo, la victoria de Lucho Herrera en el mítico Alpe d’Huez al año siguiente —en su primer Tour, y corriendo todavía como amateur— superó todas las expectativas.
En 1985 la exhibición fue aún mayor: Lucho Herrera y Fabio Parra —los dos mejores ciclistas colombianos de la década— ganaron tres etapas y ocuparon los lugares séptimo y octavo de la general. Como si fuera poco, Herrera se quedó con la camiseta de la clasificación de montaña y Parra con la de mejor joven.
La Vuelta a España de 1985
Aunque los escarabajos han protagonizado momentos notables en las tres Grandes Vueltas, es en España, sin duda, donde más se han destacado y donde han cosechado los mayores éxitos. En la edición de 1985, Antonio “Tomate” Agudelo consiguió la primera victoria de etapa de un colombiano en la Vuelta a España, y Francisco “Pacho” Rodríguez, quien corría para el equipo español Zor, ganó dos etapas más, ocupó el tercer lugar de la general y se convirtió en el primer suramericano en alcanzar el podio de una de las Grandes Vueltas. Además de eso, Fabio Parra fue quinto en la general y ganó la clasificación de neoprofesionales. Una Vuelta a España muy colombiana.
Giro de Italia de 1985
En 1985, el Varta-Café de Colombia debutó en el Giro de Italia y muchos de los corredores colombianos se enfrentaron por primera vez al frío, al viento y a la nieve, que hacen del Giro una carrera muy particular. Si bien los resultados no fueron tan sorprendentes como los obtenidos en la Vuelta o en el Tour, el recorrido —de 4.000 kilómetros— dejó valiosas lecciones para el futuro.
Adicionalmente, Reynel Montoya y Rafael Acevedo se destacaron en las montañas y ocuparon el segundo y el tercer puesto en la clasificación de escaladores.
Tour de Francia de 1985
El Tour de Francia de 1985 representó un éxito rotundo para el ciclismo colombiano. Lucho Herrera se impuso en dos etapas, ocupó el séptimo lugar en la general y se coronó campeón de la montaña; Fabio Parra ganó otra —el brillante 1,2 en Lans-en-Vercors—, fue octavo en la general y se quedó con la clasificación de los jóvenes. Apenas dos años después de que el primer equipo colombiano debutara en el Tour, los escarabajos dominaron las montañas europeas y se consagraron en la carrera más importante del mundo.
Contra todo, en el Tour de 1986 brillaron las mujeres
En julio de 1986, un equipo conformado por siete ciclistas colombianas y entrenado por Efraín “el Zipa” Forero, compitió por primera vez en el Tour de Francia Femenino, que entonces llegaba a su tercera edición. A pesar de que ninguna de las integrantes tenía experiencia internacional, ni había corrido en Europa, lograron mantener el paso de un pelotón conformado por estrellas, como la francesa Jeannie Longo y la italiana Maria Canins (campeona de ese año), y terminar la carrera en París.
Ellas, verdaderas pioneras del ciclismo de nuestro país, se destacaron en numerosas competencias de ruta y pista y fueron protagonistas del Tour Femenino de Colombia, una carrera por etapas que se disputó por primera vez entre el 16 y el 23 de marzo de 1987 —con la victoria de Longo y el patrocinio de Yodora— y que dejó de existir a comienzos de los años noventa.
Veintiseis colombianos en el Tour del 86
Después de los extraordinarios resultados obtenidos durante el año anterior, los colombianos llegaron al Tour de 1986 envueltos en el triunfalismo y las expectativas desbordadas de los medios y algunos aficionados. Lastimosamente, el cansancio, la presión y la dureza del recorrido se hicieron sentir en un Tour que terminó sin victorias de etapa y sin escarabajos entre los diez primeros de la general, a pesar de que veintiséis de ellos habían tomado la partida. Lucho Herrera, aquejado de una bronquitis, sufrió en la alta montaña y terminó a casi una hora del ganador, Greg LeMond.
De las pioneras al World Tour
Ir a video completo¡Por fin una grande! La Vuelta a España de 1987
El momento culminante de la conquista de Europa en bicicleta llegó en la Vuelta a España de 1987. Lucho Herrera, el mejor escalador de su generación, se quedó con el título de una prueba en la que brillaron los escarabajos.
El balance final dejó cuatro victorias de etapa, la clasificación de montaña —que también ganó Lucho—, el título por equipos de Ryalcao Postobón y a cuatro colombianos entre los mejores diez de la clasificación general. Toda una proeza.
La culminación de una época dorada
Los últimos años de la década de los noventa trajeron más triunfos y actuaciones memorables. En 1988, Fabio Parra ganó una etapa en Morzine y se convirtió en el primer colombiano en subir al podio del Tour de Francia. Y pudo ser más, ya que los dos ciclistas que lo precedieron —el español Pedro Delgado y el holandés Steven Rooks— terminaron involucrados en casos de dopaje y solo la intervención de la Unión Ciclista Internacional (UCI) evitó una sanción contra Delgado.
Al año siguiente, Parra dio una nueva demostración de grandeza y estuvo a punto de ganar la Vuelta a España. En la penúltima etapa atacó, enlazó con Alberto “el Torito” Camargo y Omar “el Zorro” Hernández y sacó una ventaja considerable sobre Pedro Delgado, quien era líder por menos de un minuto. De no ser por el soviético Iván Ivanov, que asumió el rol de gregario de Delgado, a pesar de correr para otro equipo, Parra habría sido campeón de la Vuelta. Unas semanas después, en el Giro de Italia, Lucho Herrera ganó dos etapas y alcanzó otra marca impresionante: campeón de la montaña en las tres grandes vueltas del ciclismo mundial.
