A Nereo López (Cartagena, 1920 - Nueva York, 2015) se le conoce como uno de los más importantes fotógrafos colombianos del siglo XX. La crítica de arte argentina Marta Traba decía en 1976 que López era “mal conocido”, pues a su trabajo se le atribuía un valor documental al figurar en publicaciones periodísticas, pero este iba más allá, mostrando una “intención de estilo clara y depurada”. Una exposición que hizo en ese año en el Museo de Arte Moderno de Bogotá llevó por título “El hombre cada día”, con el cual se interpretaban sus fotografías como registros de la gente del común en diferentes lugares del país.
En esta fotografía, el personaje es un niño que dibuja sobre el tablero en una escuela aparentemente abandonada. En la imagen se proyecta la mirada propia del fotógrafo, que se ha caracterizado por su honestidad al mostrar a las personas como lo que son, con total respeto por sus circunstancias, sin adicionar o restar elementos o cualidades y, sobre todo, ubicándose en una posición simétrica, en el mismo nivel de los otros. Mientras los escombros en el suelo y los pies descalzos del niño hablan de un lugar empobrecido y olvidado, el encuadre dignifica al niño y resalta su capacidad de florecer en un ambiente adverso. Si la fotografía tiene la apariencia de un plano cinematográfico, quizás sea porque Nereo trabajó primero en el campo del cine para luego hacerse fotógrafo.
A diferencia de otros reporteros y fotógrafos que permanecieron en las ciudades principales y dejaron testimonios visuales de las poblaciones urbanas, Nereo López retrató la diversidad de la sociedad colombiana durante la segunda mitad del siglo XX legando imágenes de comunidades negras y rurales, así como de regiones de difícil acceso por la geografía e incipientes vías de comunicación. En este caso, la imagen nos acerca a las realidades humanas de una ciudad caribeña.
Explora aquí la exposición “Nereo López, un contador de historias” en la Biblioteca Luis Ángel Arango (2012): https://www.banrepcultural.org/multimedia/nereo-lopez-un-contador-de-historias