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ESCURRIR
Algunos ecosistemas de las cuencas altas y medias también son fundamentales para mantener el balance entre el agua que escurre por las laderas, la que se infiltra en el suelo o la que se evapora a la atmósfera.
Por ejemplo, los páramos y los bosques andinos son reguladores hídricos, en ellos gran parte del agua se infiltra por los suelos hasta las aguas subterráneas, que luego fluyen alimentando ríos y lagunas durante todo el año.
Si estos ecosistemas desaparecen por la deforestación relacionada con la agricultura y la ganadería, las nubes pasan y la lluvia simplemente escurre, con lo que se pierde este gran valor de provisión y regulación hídrica de la cual dependemos.